El caso es que soy muy envidioso. Mis herramientas eléctricas se reducen a un taladro, el micro-motor, y una sierra de vaivén de Böhler, de esas que caben en la palma de la mano. Y veo que os hacéis, cañones, balaustres, palos y vergas ahusados, etc. los que tenéis torno. Como envidioso que soy, yo también quería tener uno. Pero se me ocurrían mejores destinos para los 200-300 € que cuesta el más sencillote.
Total, que partiendo de unos 3 perfiles de aluminio en U de unos 50 cms que tenía por ahí, me dije ¿por qué no lo intentas?. Lo intenté y, “milagrosamente”, me funciona bastante bien. He hecho una primera prueba, antes de terminarlo del todo, y para mí -aunque no me da una precisión micrométrica- me vale.
A continuación os cuento la evolución del engendro y del resultado conseguido en esta primera prueba.
A mano alzada me hice unos “planos” de lo que quería montar, con unas acotaciones de las medidas aproximadas. Ya con una idea de cómo sujetar el motor, el contrapunto deslizante, y el apoyo para la herramienta de corte, me busqué unos recortes de madera que andaban por ahí (pino blanducho, abeto, o algo así)
Como no sabía qué vendría mejor, si la fuerza del taladro o la velocidad del micro-motor, me preparé soportes para el taladro directamente, el flexible del taladro, el flexible del micro-motor, y ya puesto, para el resto de una herramienta de mano a la que se le había estropeado la batería.
El contrapunto desliza por los carriles en U, mediante otros dos trozos del mismo perfil, y luego se fija con un pequeño sargento a la distancia deseada.
Como todos los soportes están calculados para que el eje de giro quede a la misma altura, me vale con un solo carro de contrapunto.
Además de las guías le he puesto otro carril en U (tumbado) por donde desliza el soporte de la herramienta de corte. Mediante dos tornillos en los extremos este carril, que lo unen a la guía del contrapunto, puede mantenerse paralelo a ella y entre ambos sujetar un taco de madera sobre el que apoyar el taco de lija o una herramienta de corte a manejar “a mano alzada”. Y también puede separarse más de un lado que de otro para poder darle una pequeña inclinación cuando la pieza a “tornear” deba ser más gruesa en un extremo que en otro (mástiles, vergas).
Hasta el momento, la chapuza queda así:
Pero no podía aguantar las ganas de probarlo y he cogido un retal (combado) de 6*8 mm. (no sé de qué madera ¿sapelli?, pero sí que es muy “fibrosa”).
En primer lugar lo he redondeado a 5 mm., simplemente apoyando el taco de lija sobre el soporte de la herramienta de corte.
Luego, apoyando “a mano alzada” el cutter sobre el mismo soporte, he conseguido sacar una especie de balaustre.
Es la primera vez que utilizo un torno y –con tan feliz resultado, en mi modesta aspiración- que casi, casi, he tenido el mismo “erasmo” que la “otra primera vez”… Y además a coste cero y con unas cuantas horas de disfrute. Véase la muestra: